La mañana del domingo 17 de abril, en un ambiente de
alegría y cantos, la Familia Marista se congregó para
participar de Domingo de Ramos, una solemne celebración
litúrgica que recoge la Pasión del Señor con la
bendición de palmas y ramos de olivo.
En esta oportunidad con ornamentación roja para
la celebración, porque simbolizan la realeza de Cristo
conquistada por el testimonio de amor, por el martirio y
la entrega de su vida
Como cada año, en el Domingo de Ramos, nos conmovió a subir
junto a Jesús al monte, hacia el santuario, acompañarlo a lo
largo de su camino hacia lo alto. Con la celebración de este día
denominado "Domingo de Ramos en la Pasión del Señor", la Iglesia
y nuestra comunidad educativa, junto a la del colegio San José
dio inicio a esta semana que llamamos Santa, y en la que Dios
nos llama a santificarnos, purificándonos de nuestros pecados y
profundizando nuestra comunión con Él y con nuestros hermanos.
En su homilía de este Domingo de Ramos, el capellán del colegio
padre Humberto Henríquez, además pidió a los feligreses que
continúen confiando en la Iglesia y a orar por los sacerdotes.
En la presentación de las ofrendas, la comunidad colegial San
José a través de sus alumnos y apoderados presentaron la Cruz y
la Corona de espina, signo que nos hacen partícipe y testigo de
la pobreza del calvario.
En representación de la comunidad colegial del Instituto
Chacabuco una familia llevó hasta el altar el pan y el vino,
signo de amor y presencia viva de Dios en medio de nosotros.
Las palmas y ramos benditos van a convertirse en instrumentos
de gracia, primero, por la bendición de que han sido objeto y,
en segundo lugar, porque los hemos llevado durante la procesión
en homenaje a Cristo.
Comenzó así, la Semana Mayor de la Iglesia en la cual el
colegio, específicamente su Pastoral ha preparado actividades de
reflexión para alumnos, padres y apoderados.